Rubén Márquez (Anta Natación) firmó una excelente campaña 2015/2016 al lograr una plaza en el Europeo júnior de Hungría. Pese a ser de primer año logró la 16ª plaza en 50 mariposa y la 18ª en 100 mariposa. También nadó las series del relevo 4x100 estilos.
-¿Cómo se sintió en su estreno en el Europeo júnior?
-La verdad es que fue una experiencia increíble e irrepetible. Pueden llegar otras grandes citas, pero como esa, ninguna. En esos momentos solo piensas en todo lo que has hecho hasta el momento para llegar hasta ahí. Es tipo flashback en las películas, en las que ves pasar toda tu vida por delante. Ves el día a día, las fatigas, los dolores, las risas, los cabreos, tus entrenadores, tu familia, el momento en el que hice la mínima, lo tengo guardado en la tablet y de vez en cuando lo veo. Te acuerdas de todo lo bueno y lo malo que no es malo en sí, solo situaciones complicadas a las que tenías que sobreponerte y madurar, los altibajos que has tenido desde que empezaste, de donde estabas, de donde vienes, cuando empezó todo con 7 años y donde estás ahora con 17 y lo que queda por venir, todo al fin y al cabo. Es muy diferente a un Campeonato de España. Allí, al ser el nuevo, el pequeño, no te conoce nadie y vas sin presión, sin 100.000 ojos encima tuya, al menos allí, luego aquí en España todos los que quieras.Creo que es de las mejores veces en las que he competido sin tener sobre mí una carga de nervios. Es verdad que estás representando a tu país y tienes una gran responsabilidad, pero lo afrontas de manera diferente.

-Cómo se vio en relación a sus rivales teniendo en cuenta que era de primer año?
-Hace poco leí una frase de un piragüista español que con su permiso me la apropiaré para esta cita. Decía que en la competición, un ruso, un americano, un chino, un español, etc, todos tienen dos piernas, dos brazos y dos ojos. No son seres diferentes a ti, lo que nos hace diferente es el trabajo que hay detrás. Y esto lo extrapolo a que yo no soy un chaval de una gran envergadura física, soy de la media, mido 1,74, los rusos que yo he visto y contra los que he competido rondarían el 1,90 sin ir más lejos y de espaldas 2x2, unas auténticas máquinas impresionantes comparadas conmigo, en lo que a complexión se refiere, pero al fin y al cabo, lo que marca el resultado es el trabajo que hay detrás y quien le haya dedicado más esfuerzo, pasión, llámalo como quieras. De 70 personas que nadamos el 50 y 100 mariposa, quede entre los 20 primeros, lo que me demostró que la envergadura ayuda, pero el trabajo lo es todo. La verdad es que le estoy pillando el gusto a competir contra gente mayor que yo en físico y edad. En definitiva me vi bien, pero con mucho trabajo por hacer.
-¿Qué ha aprendido de la experiencia de cara a la nueva temporada?
-Posiblemente, lo que más me llevé de esa experiencia es lo comentado antes sobre la complexión de mis rivales. El día a día me está demostrando qué hay que trabajar la técnica y ser disciplinado y así parecerme a los japoneses, que teniendo una talla menor físicamente, están ahí arriba. Posiblemente le haya dado mucha importancia a eso. Desde hace dos temporadas en que hice la mínima FOJE y esta pasada, con la ayuda de mis entrenadores y el entorno, junto con los campeonatos, compitiendo contra los absolutos en los campeonatos de España y sobre todo con la ayuda de mis entrenadores, hemos hecho mucho hincapié en cambiar esa idea o mentalidad. No hacerlo hubiera supuesto, creo yo, que me hubiese empequeñecido ante el Europeo. El trabajo que hemos hecho estaba bien, pero no terminaba de creerlo. Ha tenido que ocurrir que vaya a competir y asumiese eso y verme en la situación de meterme en semifinal y pelearme con ellos para dejar atrás esa idea. Antes me veía capaz de conseguir cualquier cosa, pero ahora me veo más capacitado todavía.
-Resúmanos cuál es el horario que tiene cada día normal para compaginar los estudios con los entrenamientos.
-Un día normal me levanto a las 7.30 para entrar al instituto a las 8.15. Llego a la casa sobre las 15.00 y hasta las 15.45 tengo el tiempo justo para hacerme la comida y preparar las cosas para entrenar. A las 16.00, en el agua hasta las 18.30. Depende el día, después del entrenamiento de agua, entro a colaborar como monitor en la piscina o voy a crossfit. Después, depende del momento de la temporada, me toca volver a entrenar por la noche a las 21.30 y termino para las 22.30/22.45. Resumiendo, a las 23.00 en casa para hacer la cena y dormir de cara a un nuevo día. El tiempo que dedico a estudiar son las horas sueltas que puedo tener algún día y atender durante las clases para quedarme con la lección lo mejor posible y así quitarme trabajo que tendría que hacer en casa.
-¿Qué opina, al ser granadino, sobre la participación de Víctor Manuel Martín en los Juegos Olímpicos?
-Bueno ya que tengo esta oportunidad me gustaría matizar que yo soy malagueño, de Estepona concretamente, la gente me llama ’el granadino, Rubén Márquez’ (lo cual me agrada porque para mí significa que me consideran uno más de esta ciudad). Es verdad que compito en Granada, mi entrenador que conocí en Estepona ha ido a lo largo de los años fichando por otros clubs y yo he ido tras él. Me va bien con él, pero mi tierra es Málaga.
En cuanto a lo referente a Víctor Manuel Martín, me parece un gran aliciente para la natación granadina y andaluza que tengamos representación en el equipo olímpico, ya que nos demuestra que algo se está haciendo bien.
-¿Qué objetivos tiene para la nueva temporada?
-Para esta temporada tengo en vistas el Mundial de Indianápolis, algo ambicioso, pero a la vez, creo que es un objetivo realizable y por supuesto dar la mejor versión de mí en el Europeo siendo este mi segundo y último año de júnior.