El nadador Ángel Francisco De Oña Ramirez (Málaga, 30 de diciembre del 2002) destacó en la pasada temporada al participar en el Europeo júnior de aguas abiertas, cita en la que ocupó la 20ª plaza en el 10 kilómetros júnior 2 con un crono de 2.01.08 horas. De Oña acusó un problema en un hombro que le mermó en el momento clave de la carrera. Ahora nos cuenta sus sensaciones ante la nueva campaña que se avecina.

-Durante el Europeo de aguas abiertas sufrió un problema en un hombro que le impidió rendir a tope. ¿Cómo se vio durante la carrera?
-Durante la carrera me vi muy fuerte, aún teniendo algún que otro despiste al principio de la carrera. Sentía que podia colocarme en los puestos delanteros fácilmente, pues me encontraba en un estado de forma muy bueno.

-La temporada estuvo marcada por el covid-19. ¿Cómo se las apañó para llegar a la temporada de verano en la mejor forma?
-Bueno, no fue una temporada de lo más sencilla. De hecho, diría que fue la más dura de mi vida, ya que pasé momentos en los que estaba derrumbado, aunque siempre pensaba en este campeonato e intentaba dar todo lo que podía. Además he tenido un apoyo fundamental fuera del agua, tanto a nivel psicológico (amigos, familia y profesionales), como a nivel fisiológico, gracias a la ayuda del nutricionista Francisco Jiménez.
-¿Cuáles son sus objetivos de cara a la nueva temporada?
-Esta temporada viene con muchos cambios, pero a la vez tengo unas ganas inmesas de superarme día a día. Quiero demostrar que soy capaz de cosas grandes y el primer paso para eso es comenzar a entrenar al 100% cada día.
-¿Cómo analiza su evolución en los últimos años en las pruebas de aguas abiertas?
-Pues como comentaba, la pasada temporada fue difícil, en el que las cosas no salían. Incluso algunas veces no me sentía yo, pero creo que estoy teniendo una evolución muy buena cada año. Voy escalando puestos y sobre todo voy cogiendo mucha experiencia que al final es lo que vale en aguas abiertas.

 

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