El nadador olímpico Guillermo Mediano ya ha vuelto a la actividad como entrenador jefe del Real Club Mediterráneo. El malagueño compitió en los Juegos de Sidney del 2000 en 200 espalda. Participó además en dos campeonatos europeos. A nivel nacional logró 21 oros y 6 récords absolutos entre las pruebas de 100 y 200 espalda, 200 libres, 4x50 y 4x100 estilos y 4x50 y 4x100 libres, todo ello entre los años 1998 y 2005. Mediano nos ha hecho una reflexión sobre su pasado y presente en el mundo de la natación.

-¿Cómo está yendo la vuelta a la actividad en el club Mediterráneo?
-Por suerte pudimos abrir las piscinas el 1 de junio. Es verdad que hemos trabajado durante el confinamiento para poder volver, ajustándonos a las normativas y recomendaciones, compartiendo información con entrenadores nacionales y de otros países. Al final decidimos en las primeras semanas seguir el método holandés que básicamente es nadar en espacios de dos calles sin corcheras. Los nadadores nadan por una calle a la ida y regresan por la de al lado. De ese modo respetamos durante el nado los dos metros y damos seguridad a los usuarios y padres.
Esta manera de nadar la trasladamos al presidente de la Federación Española (RFEN) y otros compañeros porque veíamos que había clubes y centros que no podían abrir por falta de distanciamiento y esta manera lo soluciona. Es más, la RFEN, en una de sus recomendaciones, siguió nuestro modelo que es el holandés.
Por otro lado, las actividades se están retomando poco a poco. Primero empezaron los equipos de competición, desde alevines a absolutos y masters y poco a poco todo lo demás.
Es más, hemos ayudado con la cesión de láminas de piscina a la selección andaluza infantil y cadete de waterpolo para que pueda entrenar en nuestras instalaciones. Ya incluso han venido varios días a entrenar. Toca arrimar el hombro.
El confinamiento nos ha servido para vaciar los dos vasos de las piscinas de 25m y 50m, hacer el mantenimiento y estar preparados para el mes de agosto por si las necesitamos usar, cuando normalmente es el mes que se vacía la piscina de 25m para limpiarla y repararla. Ahora estarán las dos listas.

-¿Cuánto tiempo cree que van a necesitar los nadadores para recuperar la forma perdida?
-No me preocupa mucho este tema. Cada nadador tardará más o menos según el trabajo realizado anteriormente, lo realizado durante el confinamiento, y como trabaje a partir de ahora. Vivir en la Provincia de Málaga es un privilegio, no sólo por el clima. Poder haber ido al mar a nadar casi a diario, aunque fuese un poquito, desde el inicio de la desescalada, nos ha ayudado bastante.
Durante el confinamiento, en el R.C. Mediterráneo hemos hecho dos microciclos semanales de tres días con entrenamientos online (un día fuerza-flexibilidad, un día resistencia-core, un día velocidad-visualización y repetir) de una manera progresiva. Hemos metido mayores cargas conforme iban pasando las semanas. Los deportistas que han sido constantes durante la cuarentena ya han visto los resultados. La resistencia es lo que probablemente más se haya visto afectada pero la iremos recuperando. Tenemos una temporada muy larga por delante.

-¿Qué le recomendaría a los nadadores que van poco a poco volviendo a las piscinas?
-Creo que unos de los problemas de estar encerrados repentinamente en casa es pasar de gastar en el entrenamiento unas 5.000 calorías, para el nadador amateur, y cerca de 10.000 calorías en el caso de un nadador más profesional, a pasar de gastar de repente solo 2.000-2.500, con la ansiedad que provoca no saber que va a pasar en el futuro. Por eso algunos nadadores han ganado kilos extra.
Les recomendaría que trabajen duro y vigilen lo que comen y lo que beben pero que no se preocupen que recuperarán la forma. Mi experiencia más similar fue probablemente en la temporada 1998/1999 cuando fui el primer español que completó el circuito de la FINA World Cup, quedando tercero en la clasificación final de espalda y ganando 9 medallas. Al terminar ese verano engordé mucho por diversos motivos, unos 10 kilos. Recuerdo que empecé el año olímpico y me ahogaba en el agua. Era como tener una pesa encima y así estuve varios meses, hasta que recuperé mi peso y conseguí con Xavi Casademont ir a los Juegos Olímpicos.

-¿Qué recuerda de su participación olímpica?
-Es una competición especial, el sueño de la mayoría de los deportistas, aunque en realidad hay mucha tensión. La mayoría de deportistas se juegan mucho. En mi caso fui a Sidney 2000 en 200 espalda pero no lo disfruté tanto como otros campeonatos, por más que todo fuese espectacular y bestial por supuesto. Fui sin mi entrenador, no cuidé los detalles para centrarme como debía y al final lo pagué.
Creo que la mayoría de los deportistas que participan en los Juegos Olímpicos deberían hacer un mentoring con alguien que haya ido anteriormente a unos Juegos Olímpicos para que les ayuden a entender a lo que se enfrentan de verdad y como afrontarlo. Es la manera de poder rendir al 100% allí.
Cuando estaba como segundo entrenador con Xavi Casademont nadaban Melquiades Álvarez y después Carlos Peralta. Ambos fueron a los Juegos Olímpicos en 2008 y 2016, respectivamente. Hablé con ellos dos antes de que fuesen a los Juegos Olímpicos e intenté trasladarles mi visión para que no cometieran los mismos errores que tuve yo. Sé que ambos estaban muy bien dirigidos y se mataron a entrenar durante muchos años. No sé si hicieron caso de todas mis recomendaciones pero ambos se prepararon para dar su 100% e hicieron sus mejores marcas allí.