La onubense Alba Vázquez (Colombino) fue una de las grandes figuras de la natación española en la pasada temporada, gracias a los éxitos que acumuló a lo largo de un verano para enmarcar. Primero obtuvo el título europeo júnior de 400 estilos en Kazán. Posteriormente ganó un oro en 400 estilos y una plata en 200 estilos en el Mundial júnior en Budapest. El título de 400 estilos lo consiguió además batiendo el récord del mundo de la categoría, una gesta inédita hasta entonces en toda la historia de la natación española, pues ninguno de los nadadores españoles que lograron un oro en el Mundial júnior hasta ese momento –Mireia Belmonte y Hugo González entre ellos- fueron capaces de vencer en un mundial júnior batiendo el tope universal de esa edad al mismo tiempo. En Budapest venció con 4.38.53, una marca con la que rebajó en 48 centésimas el anterior récord júnior y con el que igualó la mínima olímpica que tendrá que hacer en 2020 para debutar como olímpica en Tokio. Sus gestas en Budapest le llevaron a ser noticia en los principales medios de comunicación nacionales y a recibir múltiples peticiones de entrevistas, algunas de ellas en programas de ámbito nacional como La Resistencia de Movistar Televisión. Vázquez, nacida en el año 2002, ya ha iniciado su tercera temporada en el Centro Especial de Tecnificación Deportiva de la FAN (CETD) que coordina el director técnico de la Federación Andaluza, Xavi Casademont. Hace menos de un mes debutó en la ISL, la competición que está reuniendo en los primeros meses de esta campaña a muchos de los mejores nadadores del mundo. De hecho forma parte del equipo que capitanea Federica Pellegrini en la ISL.

-¿Cómo ha vivido todas las felicitaciones y seguimiento que ha tenido por parte de la prensa tras la conquista del Mundial júnior?
-Todo fue muy de golpe. De un día para otro, todo el mundo estaba felicitándome y preguntándome sobre mi carrera deportiva o mi experiencia en el 400 estilos del Mundial. A pesar del agobio que llegue a tener cuando volví a casa y empecé mis vacaciones, creo que lo he sabido llevar bastante bien.
-Es más consciente ahora de lo que consiguió en el Mundial tras ver todo lo que ha venido con el paso de los meses?
-Soy más consciente ahora, pero aun así, todavía me cuesta un poco asimilarlo. Más allá de decir "soy la nadadora más rápida de mi edad en 400 metros estilos" que ya es algo muy grande, decir que actualmente soy la nadadora júnior más rápida de la historia en esta prueba es algo que nunca pensé que podría estar a mi alcance y es mucho más difícil de procesar. De todas formas, el Mundial ya pasó, por lo que intento no pensar en ello.
-Sea sincera, por favor ¿qué esperaba conseguir en el Europeo y el Mundial antes de empezar a competir?
-Desde el Europeo júnior de 2018, en el que quedé cuarta, ya tenía planteado con mi entrenador que al año siguiente íbamos a ir a por todas. El objetivo era subirse al podio, pero principalmente teníamos claro que íbamos a luchar por el oro europeo. Toda la temporada se centró en el Europeo júnior y cuando este pasó y quede campeona de Europa, nos planteamos intentar conseguir alguna medalla en el Mundial, pero el objetivo principal era intentar acercarse lo máximo posible a la mínima olímpica. Luego llegamos a Budapest y vimos el nivel que había allí, sabíamos que iba a ser muy difícil, pero tenía bastantes posibilidades de colgarme el oro.
-Ya ha hecho una mínima olímpica del próximo año ¿Los Juegos Olímpicos son ya un objetivo, un sueño o una ilusión?
-Ahora mismo, las olimpiadas son un objetivo. La mínima está hecha, eso es una realidad, pero a pesar de que solo necesito repetirla, soy consciente de que no va a ser nada fácil, los entrenamientos van a ser el doble de duros que el año pasado y este va a ser un año complicado junto con el segundo de bachillerato. El objetivo es ir, pero no me preocupa demasiado no conseguirlo, soy muy joven todavía y tengo tiempo para ir a las próximas olimpiadas.
-¿Qué le dicen sus compañeros del Centro Especial de Tecnificación Deportiva de la FAN tras ver lo que consiguió el pasado verano?
-Todos están muy contentos, todos somos compañeros de entrenamientos y sabemos lo mucho que se sufre. Cuando a alguien le va bien en alguna competición, nos alegramos mucho porque sabemos lo que cuesta conseguir resultados.
-Acaba de debutar en la Liga Internacional de Natación (ISL) ¿Qué ha sentido al verse rodeada de muchas de las mejores nadadoras del mundo?
-Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, poder compartir equipo con gente de distintos países y gente de tan alto nivel ha sido increíble. También ha sido como un golpe de realidad; a pesar de lo bien que me fue en el Mundial, eso ya no sirve, ahora soy absoluta y en esta competición se ha notado muchísimo el cambio. El paso de júnior a absoluta es un mundo totalmente distinto y creo que estas competiciones me van a ayudar a adaptarme mejor a este cambio tan brusco.

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