El nadador de 18 años Manuel Martos (H2o El Ejido) acaba de conquistar una medalla de bronce en 200 espalda durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires. Fue el primer podio mundial en natación de piscina para un nadador de un club andaluz en los últimos nueve años. Este almeriense logró además la quinta plaza en 200 espalda en el Europeo júnior de Helsinki, pese a acudir a esta cita convalenciente de una lesión. Su palmarés más destacado de la pasada campaña lo completó con un título en 200 espalda en el Campeonato de España absoluto de invierno de Barcelona. Este curso iniciará una nueva etapa en su vida y en su carrera al marcharse a Estados Unidos para compaginar sus estudios universitarios y su carrera deportiva.

-¿Cómo ha vivido la medalla que acaba de conseguir en los 200 espalda de los Juegos de la Juventud?
-En primer lugar me gustaría agradecer toda esta gran experiencia a la gente que me ha acompañado en este camino de principio a fin, entrenadores, familia y compañeros, pues ellos han sido sin duda alguna el pilar fundamental sobre el que me he apoyado para llegar hasta Argentina. La medalla, al fin y al cabo, no ha sido más que una recompensa por el trabajo bien hecho de estos últimos meses e incluso años. El objetivo principal nunca fue conseguir el metal. De hecho, mi meta para esta competición era conseguir entrar en final y bajar la barrera de los 2 minutos que tanto ansiaba superar. La realidad fue que yo hice lo que llevaba preparado tal cual. Por algún motivo u otro se dio el caso de que me encontré arriba peleando por las medallas y al final conseguí el bronce, así que nada más llegar a la pared la emoción era indudable y estaba eufórico por el tercer puesto. Posteriormente, lo que realmente me alegraba era el hecho de haber podido superar esos 2 minutos que siempre fue el objetivo principal.

-¿Qué sintió durante la prueba?
-La prueba la recuerdo como un momento muy efímero, del cual puedo recordar los momentos previos de tensión, 200 metros en los que estaba haciendo lo que había entrenado y un final en el que lo di todo hasta llegar a la pared. Fue una prueba más de 200, la mejor de mi vida hasta el momento, que muestra mucho sacrificio y esfuerzo en ni siquiera 2 minutos de tiempo, así que, respondiendo a la pregunta, durante la prueba podría decir que no sentí nada o casi nada, estaba concentrado en lo que tenía que hacer y así salió como deseaba. Es cierto que sentí nervios y tensión en los momentos previos y un gran momento de alivio y alegría nada más llegar a la pared.

-En julio logró un puesto de finalista en el Europeo júnior pese a llegar recién salido de una lesión ¿Notó el parón que hizo por la lesión en esta competición?
-Trasladándonos a julio de este mismo año, es cierto que los resultados fueron correctos, pero se quedaron en correctos, porque mi ambición llegaba a más de igualar mi marca o un quinto puesto, mi objetivo, como siempre he dicho, era mejorar mi tiempo y no lo conseguí. No lo logré ni mucho menos porque no diera mi maximo, sino porque se dieron una serie de circunstancias al final de la temporada, entre ellas la lesión, que no me permitieron entrenar al máximo y rendir como me hubiera gustado en la competición. Me encontraba en el final de segundo de bachillerato, en el cual me tenía que preparar los exámenes que determinarían mi nota final además de selectividad, y todo esto estando concentrado entrenando en Sierra Nevada, lo que me llevó a un agobio que no me permitía entrenar como yo quería. A este agobio se le sumó la lesión de rodilla por la cual estuve parado unos cuantos días y recuperando hasta incluso después del Europeo. Al final hicimos un final de temporada lo mejor que pudimos con el fin de preparar la competición de Buenos Aires lo mejor posible. Es decir, que sí que noté la lesión en el Europeo.

-En enero iniciará una nueva etapa en su vida y su carrera como nadador al irse a estudiar y nadar a una universidad de Estados Unidos. ¿Qué espera conseguir con este cambio?
-El objetivo de marcharme a Estados Unidos siempre ha sido muy claro y es poder compaginar la natación de más alto nivel con unos estudios en una de las mejores universidades del mundo, así que espero conseguir un título universitario en una universidad de prestigio, además de continuar mejorando como nadador, como deportista y como persona.

-Actualmente es el referente de su club y de la natación almeriense. ¿Se siente arropado por la gente de su club?
-El apoyo de mi club ha sido fundamental siempre y lo noto mucho cada vez que salgo fuera a competir. Mensajes de enhorabuena no me han faltado, pero tampoco los mensajes de ánimo previos a la competición por parte de mis compañeros de club. De hecho, nada más llegar a la estación de un viaje tan largo, mis compañeros estaban ahí para recibirme casi a las 11 de la noche, y eso cualquiera no lo hace, por lo que solo puedo decir, gracias. Soy consciente de que soy un referente en el club y creo que mis compañeros deberían ser conscientes de que sin ellos probablemente no estaría aquí, así que muchas gracias por todo y ¡¡¡VAMOS H2O!!!.

-Al inicio de la pasada temporada dijo que aspiraba a bajar de los dos minutos en 200 espalda ¿Cuál es su próximo tiempo a rebajar?
-Mi objetivo siempre es bajar mi tiempo. No es la primera vez que lo digo. A partir de ahora, el objetivo es ir rebajando mis marcas lo máximo posible hasta acercarme al 1.58 e intentar superar esa barrera cuando haya una oportunidad, pero ahora acabamos de terminar una gran experiencia en un campeonato con grandes resultados y estos objetivos quedan un poco a largo plazo, así que ahora toca trabajar y seguir aprendiendo.

-¿Se ve en condiciones de hacer la mínima olímpica dentro de un año y medio?
-Si somos realistas es muy difícil asistir a unas olimpiadas, aunque daré todo lo que pueda para llegar a ellas. No sé si seré capaz o no de llegar a la mínima olímpica en un año y medio, porque no es nada fácil, pero sin duda sería una gran alegría y satisfacción cumplir el deseo de cualquier deportista y asistir a los Juegos Olímpicos.

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